martes, 29 de octubre de 2013

BUENOS GESTORES EN LA ABUNDANCIA

Si dices que este feroz sistema capitalista sólo alimenta a los voraces “mercados”, te dicen que no entiendes de economía. Si dices que la Banca es un negocio más y que debería regirse por los mismos parámetros que cualquier negocio, te dicen que no tienes ni idea y que sin la Banca estaríamos perdidos. Si dices que el endeudamiento más allá de tus posibilidades no es bueno, te dicen que no sabes nada, que sin endeudamiento se pararía la economía mundial.

Vale, acepto que no tengo ni idea de “esa” economía, que no sé nada del funcionamiento de “esa” Banca, ni siquiera de “ese” endeudamiento. Pero en realidad me alegro de no saberlo.

Lo que sí sé es que ha habido momentos en que gracias a los “mercados”, a la Banca y al endeudamiento, había abundancia de dinero y se generaban corrupciones: desvío de dinero a familiares, infraestructuras faraónicas innecesarias, pago de favores a amigos, etc. De ello no era ajena la educación, se concedían subvenciones muy sobrevaloradas, y eso facilitaba que algunos gestores tuviesen la tentación de favorecer económicamente a determinadas personas familiares o cercanas, o gastar desproporcionadamente sin planificación, o pagar favores sobre méritos y capacidades dudosamente reales. Y eso, además de ser poco ético, no tarda mucho en pasar factura, como hemos podido comprobar.

No todo era incorrecto, en la mayor parte de los casos se concedía una subvención para atención a la diversidad por aquí, otra ayuda para mejorar las instalaciones, un proyecto de innovación que nos viene de allá, el Servicio tal que nos sufraga una formación del profesorado. En estos casos no estoy diciendo que se trate de despilfarros o de dinero injustamente otorgado. Evidentemente era un dinero justamente otorgado a los centros y distribuido correctamente para las propias finalidades objeto de su concesión. Simplemente digo que resultaba fácil gestionarlo porque abundaba.

También sé que ahora ese dinero ya no llega, es más, apenas llega el necesario para pagar las nóminas del personal y mantener el centro en una dignas condiciones de habitabilidad. Precisamente por ello, ahora es más complicado ser un buen gestor de la economía del centro. Es ahí a donde quiero ir a parar, los buenos gestores se reconocen cuando son capaces de seguir adelante en los momentos de escasez y dificultades económicas.

Qué fácil resultaba gestionar los dineros de un centro educativo cuando abundaban. Entonces esos gestores estaban rodeados de una aureola y de no pocos aduladores. A los que ahora son capaces de mantener vivos los centros y hacer que sigan cumpliendo el servicio público al que están llamados, les llueven críticas por todos los lados y sus amigos se alejan, por si acaso. El tiempo y el sentido común acabará poniendo a cada cual en su sitio.


Apenas tengo recuerdos, porque era muy niño, de unos momentos económicos muy complicados en mi familia, gracias a Dios y al esfuerzo de mis padres se superaron y pudieron sacar adelante a los hijos y darles la educación que, a su entender, mejor les vendría para la vida. No les faltaron voces críticas: a dónde vais con tantos hijos, cómo abandonas ese trabajo si tienes dificultades para comer, más te valdría no hacerle tantos hijos a tu mujer… El tiempo les ha puesto en su sitio, ahora no tienen un duro, pero tienen unos cuantos hijos que les cuidan día y noche, ¿para qué quieren más?

martes, 15 de octubre de 2013

COPIAR Y PEGAR


Al inicio del presente curso, leí en la prensa que los alumnos de la UPNA se comprometen a no copiar, aunque el titular no se ajusta exactamente al contenido de la noticia (como pasa con casi todos los titulares), esto provocó en mi tres reacciones: una de aceptación: me parece bien, otra de sonrisa: ¿hasta qué punto el alumno comprometido con no copiar alejará la tentación cuando vea el momento propicio para hacerlo sin que le pillen?, y por otro lado de pena. Explico esta última.

Por supuesto que no soy partidario de que se copie en un examen, y menos en la Universidad, pero siempre hay que pensar en lo positivo que puede tener esa práctica. En concreto para mi (y supongo que para muchísimos más) el haber planeado la posibilidad de copiar en un examen ha resultado más beneficioso que perjudicial. Me explico. Preparar a conciencia una buena chuleta, con un buen resumen, o con la organización concienzuda de las fórmulas físicas o químicas, para que todo ello te quepa en diminutos papelitos que tendrás que esconder en no sé dónde, tenía un aliciente que desembocaba en meter más horas de estudio de las que habría metido si no tuviese ese halo de ilegalidad y peligrosidad. En ese sentido me da pena que, en los tiempos que corren donde el esfuerzo por estudiar no está muy bien visto, los alumnos pierdan un aliciente más para hincar los codos.
Y al hilo de lo de copiar, quiero romper una lanza en favor de “copiar y pegar”.

Con esto de Internet hay muchos profesores que ponen el grito en el cielo cuando comprueban que los alumnos han realizado un trabajo a base de “copiar y pegar” textos localizados en la red. Efectivamente no es algo provechoso para el alumno buscar en Google “mariposas” hacer clic sobre la primera página que aparece (habitualmente wikipedia), copiar el texto sin tan siquiera leerlo y pegarlo directamente en una hoja en blanco de word, incluyendo los hipervínculos y las fotografías, para después entregarlo al profesor. Estoy totalmente de acuerdo en que eso no tiene ningún ingrediente de aprendizaje para el alumno.

Ahora bien, si analizamos qué significa copiar y pegar en el mundo de la enseñanza, nos daremos cuenta que, en la mayor parte de los casos (especialmente en la formación adulta) el profesor habla y el alumno copia, y después el profesor le exige que lo pegue en un papel denominado examen. Es decir se trata de copiar y pegar. Ahora bien, en el intermedio de uno y otro hay una serie de operaciones intelectuales que no podemos obviar: el profesor habla, el alumno escucha y si es buen alumno piensa qué quiere decir y qué aplicaciones tiene, después lo repasa, lo intenta asimilar mejor, razona su significado, para finalmente trasladarlo de manera elaborada a ese papel que se llama examen. Visto así parece otra cosa.

Pues a eso me refiero. Un trabajo bien elaborado al final es un copia y pega de ideas, criterios, estrategias, etc. de otra persona que las elaborado y ha puesto por escrito o las ha expuesto oralmente, que posteriormente hemos trabajado, pensado, rumiado y las podemos pegar oportunamente.

En ocasiones, cuando doy cursos de formación y debo exigir a mis alumnos actividades, les digo que no me importa que utilicen el copia y pega y les explico mi visión sobre el asunto. Todavía nadie me ha dicho que sea una mala cosa y he podido comprobar el resultado, muchos alumnos hacen copia y pega para responder a las actividades, y solo unos pocos lo hacen probablemente sin haberlo elaborado. En el fondo los cursos de formación que imparto son un copia y pega, aprendo de los buenos profesionales de la educación y se lo brindo a otros buenos profesores para que también ellos lo lleven a la práctica.

He concretado un poco más en qué consisten los cursos de formación que ofertamos, por eso me venía esta idea a la cabeza: vamos a procurar que haya muchos profesores que copien y peguen el buen hacer de tantos otros que se dejan la piel en las aulas en provecho de sus alumnos.