lunes, 27 de enero de 2014

TRANSMITIR COSAS BONITAS CON ALEGRÍA

Como últimamente estoy diciendo, me gustan las maneras alegres de transmitir cosas bonitas e interesantes. Y aunque ya colgué esta canción en Facebook, me gustaría transcribir su letra es este blog y facilitar nuevamente el acceso al vídeo.


Se trata de un grupo juvenil de Quebec, Mes Aïeux (mis antepasados), que ponen música a unas reflexiones sobre los comportamientos sociales de las últimas generaciones. Vienen a exponer cómo hemos ido perdiendo lo que nuestros antepasados fueron construyendo, no tanto referido al progreso económico, como a los principios y valores humanos que regían sus vidas. La música creo que es de estilo folk, no entiendo mucho, igual es otro estilo, pero al menos es pegadiza y a mi me resulta muy agradable. Me ha gustado escucharla y después he analizado la letra, que ahora simplemente transcribo. 
El final es fabuloso, alegría y más alegría...


Tu tatarabuelo tuvo que desbrozar la tierra,
tu bisabuelo tuvo que trabajar la tierra,
después tu abuelo tuvo que rentabilizar la tierra
y después tu padre la vendió para hacerse funcionario.
Y ahora dime, colega, ¿qué vas a hacer tú
con tu pequeño apartamento demasiado caro y frío en invierno?
Ahora te entran ganas de ser propietario
y por la noche sueñas con tener tu propio pedacito de tierra.

Tu tatarabuela tuvo catorce hijos,
tu bisabuela tuvo casi otros tantos,
después tu abuela dijo que con tres ya era bastante
y después tu madre no quiso tenerlos, tú fuiste un accidente.
Y ahora tú, nena, cambias de pareja todo el tiempo,
cuando haces una gilipollez te salvas abortando.
Pero hay mañanas en las que te despiertas llorando
cuando por la noche has soñado con una gran mesa llena de niños.

Tu tatarabuelo vivió la gran miseria,
tu bisabuelo guardaba los céntimos
y después tu abuelo, milagro, se hizo millonario.
Tu padre, que lo heredó, lo invirtió todo en su jubilación.
Y ahora tú, jovencito, debes el culo al Ministerio,
no puedes tener ni un chavo en el banco,
y cuando te entran ganas de atracar a la cajera
te calmas leyendo libros que hablan de la “simplicidad voluntaria”.

Tus tatarabuelos sabían hacer fiestas,
tus bisabuelos bailaban bien fuerte en las fiestas,
después tus abuelos conocieron la época yeyé,
tus padres, más “disco”, se conocieron en una discoteca.
Y ahora tú, amigo, ¿qué haces tú por las noches?
Apaga la televisión, no es necesario seguir apoltronado,
por suerte en la vida hay ciertas cosas que se niegan a cambiar.
Ponte tus mejores galas, que esta noche vamos a bailar.

miércoles, 15 de enero de 2014

AÑO NUEVO: COSAS INTERESANTES Y DIVERTIDAS

Como dice mi amigo Jandro (el calvo de El Hormiguero): “innovar no es tanto hacer cosas nuevas, como hacer las cosas interesantes y divertidas”. De la misma manera, por pasar una hoja del calendario, por mucho que la pasemos comiendo doce uvas mientras suenan las campanadas de las 12, no viene nada nuevo. Pero sí es cierto que solemos utilizar la fecha de cambio de año para agradecer lo bueno del año que se va y hacer propósitos de mejorar algunas cosas en el año que comienza. En este sentido, me refiero a que podemos hacer las cosas que debemos hacer este año, de forma interesante y divertida.

Tengo entre manos un proyecto “innovador”, en el sentido de que es algo novedoso en este momento porque no se está haciendo. En una línea diré que se trata de hacer descender la Misión de los colegios hasta llegar al aula. Dicho así no parece que sea algo novedoso, la Misión de un centro educativo habitualmente se enmarca en un bonito cuadro, se cuelga de las paredes del hall de entrada al centro y todos los componentes de la comunidad educativa saben que este centro tiene por Misión, tal cosa. De ahí los equipos directivos suelen aprobar Planes Estratégicos para que esa Misión vaya descendiendo: a los procesos de Gestión, al mantenimiento del número de alumnos en el centro, a la mejora de los resultados de satisfacción de las familias, a nuevos proyectos pedagógicos, etc. Algunos de esos procesos descienden hasta el aula en forma de metodologías educativas que ponen en marcha los profesores. Me pregunto ¿no me esoy contradiciendo?, ¿cómo digo que no desciende la Misión hasta el aula, si luego añado que hay metodologías que se aplican en el aula? Bueno pues trataré de responderme.

Por ejemplo, copio una parte de una Misión de un colegio (que podría ser cualquier colegio religioso): “educar a nuestros alumnos y alumnas fundamentando su existencia a la luz del Evangelio, impregnando de esta fe a todos los valores culturales y sociales”. Y ahora me vuelvo a preguntar: ¿con la aplicación de las Inteligencias Múltiples en el aula se está realmente cumpliendo la Misión del centro?, efectivamente es una metodología que ayuda a desarrollar en el alumnado la potencialidad intelectual en todos sus aspectos. Es una buena metodología y creo que hacen bien quienes la aplican, pero insisto, ¿con eso cubrimos la Misión que tenemos colgada en hall del colegio? La respuesta es, “sólo con eso NO”. Entonces tengo razón, es novedoso hacer algo, y algo nuevo porque ahora no se hace, que realmente haga descender la Misión hasta el aula, es decir algo para que  en los alumnos se impregne la Luz del Evangelio en los valores culturales y sociales. Y ahora viene la parte más innovadora, hay que hacer ese algo de forma interesante y divertida.

Ya se ve que no se trata de una novedad, porque en definitiva se trata de volver a los principios de las fundaciones de los colegios religiosos, a aquello que sus fundadores establecieron como principio básicos de los colegios que iban a fundar. Por tanto es algo antiguo y, en ocasiones, viene de unos cuantos siglos atrás. La novedad está en lo que el Papa nos está pidiendo “¿con esa cara triste vas a contagiar a otros de la alegría del Evangelio?”, es decir que nos anima a hacer lo que hace XXI siglos ya nos animó Jesucristo, pero de forma interesante y divertida. Así lo está haciendo el Papa, y si no …mira la foto…

Cuando dice que el pastor debe oler a oveja, no se refiere exactamente a eso, pero una imagen vale más que mil palabras para recordarnos lo esencial.