lunes, 25 de mayo de 2015

¿Y ahora qué va a pasar?

¿Y ahora qué va a pasar? Se preguntaba mi tatarabuelo cuando Estella caía en manos de los liberales. ¿Y ahora qué va a pasar? Se preguntaba mi bisabuelo cuando ganaban las revueltas del inicio del siglo XX. ¿Y ahora qué va a pasar? Se preguntaba mi abuelo cuando estalló la guerra civil. ¿Y ahora qué va a pasar? Se preguntaba mi padre cuando murió Franco. ¿Y ahora qué va a pasar? Me preguntaba yo mismo ante el descalabro de UCD. ¿Y ahora qué va a pasar? Se preguntan mis hijos. ¿Y ahora qué va a pasar? Es la eterna pregunta que nos hemos hecho siempre.

Tal vez nos hacemos la pregunta siempre a toro pasado, cuando probablemente nos teníamos que haber preguntado antes ¿por qué está pasando esto? Y deberíamos haber buscado respuestas que condujeran a soluciones que evitasen tener que preguntarnos ¿Y ahora qué va a pasar? Mi experiencia me dice que no va a pasar nada diferente de lo que ya está pasando desde hace tiempo.

Los ciudadanos ya no tienen miedo a ¡qué vienen los vascos!, y ese discurso ha seguido siendo el eje central de UPN desde su fundación. Tal vez pudo tener sentido en los momentos de construcción del mapa político de España, para salvaguardar nuestra autonomía, pero desde luego que desde hace más de 25 años ya no lo tiene.

Ahora UPN cosecha lo que ha sembrado. Bajo el paraguas de nosotros somos los únicos salvadores, han tenido un montón de errores políticos de calado, buscando más el mantenimiento de su estatus que el bien común de los ciudadanos. Y eso que le ha salvado el voto útil de muchos del PP, que le han perdonado su ruptura y se han tapado las narices para votarles.

El PSOE tres cuartas partes de lo mismo. Su falta de líderes e ideas le han impedido tener altura política, y los últimos episodios vividos en estos cuatro años le han pasado factura. Probablemente la debacle hubiese sido mayor si los de Podemos no hubiesen enseñado algunas de sus cartas.

En mi corta experiencia política con pactos para formar gobierno, sinceramente tuve más miedo a los postulados del PSOE de aquella época que a los de IU y EA, con quienes me sentí bastante cómodo. Mis conversaciones con HB por aquellos años (incluido Arnaldo Otegi) tampoco me transmitieron miedo, creo que tenían ellos más miedo cuando crudamente les decía a la cara que ellos mismos y su aliento a ETA hacían más daño a la lengua y cultura vasca que toda la cerrazón de Miguel Sanz. Puedo asegurar que no estaban acostumbrados a que alguien les hablara así.


Así que no sólo no tengo ningún miedo a Geroa bai, es más, me parece que hoy día Uxue Barkos es la mejor política que tenemos en Navarra, y aunque no comparta muchos de sus postulados, me parece que será una buena presidenta. Eso sí, tengo que decirle que tenga cuidado con los de Podemos, esos sí me dan miedo, mi consejo es que no los pierda de vista ni un minuto, … no sé, tal vez sea mi olfato político, que creo que todavía conservo.