jueves, 9 de julio de 2015

Materiales curriculares

Podemos definir "materiales curriculares" como aquellos recursos determinados por el profesorado para favorecer el proceso de enseñanza y utilizados por el alumnado para facilitar su aprendizaje teniendo como referencia los contenidos del currículo establecido.

Según esta definición, está claro que para poder denominarse material curricular, deben cumplir estos dos requisitos:
1.- Que tengan capacidad para apoyar el proceso de enseñanza-aprendizaje.
2.- Que se puedan ajustar al contenido curricular establecido para el área correspondiente y la edad determinada.

A partir de ahí, pueden ser objetos manipulativos, materiales impresos, materiales tecnológicos, materiales de diversas formas y tamaños, artefactos construidos por el alumnado o por el profesorado, materiales elaborados por empresas especializadas, libros y cuadernos de editoriales, fotocopias, y un largo etcétera.

Encontramos otras definiciones que van en un mismo sentido (Felipe Díaz Pardo, 2007): “los materiales curriculares constituyen uno de los elementos necesarios en una programación didáctica y han de ser entendidos como una herramienta para facilitar el proceso educativo llevado a cabo en los centros escolares” y en la misma linea otros autores entienden por material curricular (Área, 1999): “el conjunto de medios, objetos y artefactos que son elaborados específicamente para facilitar el desarrollo de procesos educativos en los centros escolares y aulas”.

Evidentemente existen muchos otros materiales que no están específicamente previstos para las aulas, ni para el proceso de aprendizaje de una determinada materia y edad, que sin embargo pueden jugar (y de hecho juegan) un papel importante en la ayuda a los aprendizajes del alumnado. Por ello genéricamente podemos diferenciar a estos materiales calificándolos de didácticos, en lugar de curriculares.

Si nos ceñimos a la definición dada de material curricular, las tres funciones que estos materiales deberán cumplir serían las siguientes:

  • Servir de apoyo a la planificación, desarrollo y evaluación de la enseñanza, en ese sentido serán por lo general materiales elaborados para el profesorado.
  • Servir de apoyo al aprendizaje del alumnado, en ese sentido serán por lo general materiales elaborados para el alumnado.
  • Difundir la planificación del curriculum prescrito en los diseños curriculares aprobados por las administraciones educativas y elaborados por sus técnicos.

No obstante, algunos autores van más allá y pretenden otorgar a los materiales curriculares otras funciones (Parcerisa 1996):
  • Innovadora, como capacitados para aportar cambios estructurales.
  • Motivadora, pues presentan estrategias que captan el interés del alumno.
  • Estructuradora de la realidad, en la medida que la da a conocer.
  • Controladora de los contenidos a enseñar (a ello ya hemos hecho alusión).
  • Solicitadora, en cuanto condicionan la actividad docente.
  • Formativa, porque inciden en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
  • Del depósito del método, porque condicionan la profesionalidad del docente.
  • De producto de consumo, que se compra y se vende.


Por de pronto vamos a quedarnos con la definición inicial, teniendo en cuenta que hablamos de materiales como objetos que ayudan en el proceso de enseñanza aprendizaje y curriculares en cuanto que responden a las prescripciones del currículo establecido.