lunes, 8 de junio de 2015

Los objetos como medios para ayudar en la enseñanza-aprendizaje

Vamos a empezar a reflexionar sobre los materiales curriculares, a ver hasta dónde llegamos... Empezamos con una aproximación inicial o recorrido histórico. Como siempre sin mayores pretensiones que las de dar unas pinceladas sobre el tema, sin pretender en absoluto profundizar ni agotar la material. Ahí vamos...

En un sentido muy amplio podemos hablar de material curricular como cualquier instrumento que pueda servir de recurso para el desarrollo de alguna función de la enseñanza que desemboque en aprendizaje. En este sentido hablaremos del lenguaje oral, del dibujo en las cavernas, de las tablillas y punzones, del papiro enrollado, de las copias manuscritas de libros, hasta la invención de la imprenta, de los libros y de la enciclopedia, después. Todos ellos como instrumentos que ayudan a la acción de enseñar y que facilitan la tarea de aprender.

Es indudable que hasta que el hombre no establece la escritura como modo de transmitir sus pensamientos y saberes, toda acción enfocada a la enseñanza sólo puede contar con el lenguaje oral como transmisor del conocimiento. A todo lo más, serán de gran utilidad los objetos reales para servir de apoyo en la transmisión de los conocimientos prácticos para la vida o, en su defecto, dibujos que simulen los conceptos que se pretenden enseñar.

Nos podemos poner en el pellejo de los padres y madres de los primeros tiempos prehistóricos para comprender que sólo con los materiales rudimentarios se podía enseñar a los hijos el arte de la caza, o de la agricultura, o bien, en épocas posteriores, mediante el dibujo que explica cómo realizarlo, tal y como se puede observar en las diferentes cuevas donde se guardan como tesoros las primitivas plasmaciones del arte paleolítico.

Con la aparición de la escritura las cosas cambian y los saberes pueden plasmarse en escritos sobre piedra en primera instancia, sobre papiros posteriormente y sobre copias manuscritas más adelante. De esta forma es el texto escrito el material de apoyo en los procesos de enseñanza que utilizan los sabios, filósofos, pedagogos y maestros de las épocas sumeria, egipcia, griega, romana y medieval. No obstante seguirá siendo el lenguaje oral el preferido para la transmisión de los saberes, aunque necesariamente habrá que utilizar medios para reproducir los caracteres gráficos de las letras y poder enseñar así la escritura a los niños afortunados o a los hijos de los poderosos.

Uno de los primeros testimonios sobre los materiales que se utilizaban en la enseñanza en la época romana, nos lo brinda el poeta Aurelio Prudencio, cuando relata así el martirio de San Casiano, un maestro acusado de cristiano y martirizado por sus propios alumnos con los instrumentos que utilizaban en sus clases:

"Unos le arrojan las frágiles tablillas y las rompen en su cabeza; la madera salta, dejándole herida la frente. Le golpean las sangrientas mejillas con las enceradas tabletas, y la pequeña página se humedece en sangre con el golpe. Otros blanden sus punzones... Por unas partes es taladrado el mártir de Jesucristo, por otras es desgarrado; unos hincan hasta lo recóndito de las entrañas, otros se entretienen en desgarrar la piel. Todos los miembros, incluso las manos, recibieron mil pinchazos, y mil gotas de sangre fluyen al momento de cada miembro. Más cruel era el verduguito que se entretenía en surcar a flor de carne que el que hincaba hasta el fondo de las entrañas".

Lógicamente se trataba de instrumentos para ayudar en el aprendizaje de la lectura y de los números y sus operaciones más sencillas. La importancia de aprender a leer devenía de los libros (no al estilo de los actuales) que empezaban a proliferar en el Imperio Romano, muchos de ellos procedentes de los clásicos griegos: novelas, poesías, episodios históricos, libros de pensamiento etc.

Prácticamente en toda la Edad Media la enseñanza se centra en la religiosidad y los libros se circunscriben a la Biblia y a los escritos de los monjes en torno a la relación del hombre con Dios. Poco a poco se van introduciendo textos de las épocas clásicas de Grecia y Roma y se comienzan a escribir libros sobre otras ciencias y oficios, con ellos nacerán las universidades medievales. En todo este proceso histórico, el texto escrito es el instrumento esencial para el aprendizaje y previo a él, será necesario disponer de cualquier material que sea capaz de reflejar los signos gráficos impresos con otro material punzante o capaz de colorear.

Otros materiales u objetos relacionados con las enseñanzas en las épocas primitivas y posteriores, son aquellos que ayudan a contar cantidades. El ábaco es el ejemplo característico de este tipo de instrumentos que probablemente fue utilizado para el aprendizaje de números y cálculos en las primitivas civilizaciones orientales.

Aunque existiesen formas diversas de imprimir grabados o letras desde antes de Cristo, no es hasta mitades del siglo XV cuando Johannes Gutenberg comienza a editar libros en papel mediante técnicas de tipografía. No obstante pasarán bastantes años hasta que la imprenta fuese capaz de generar libros que pudiesen ser utilizados para el aprendizaje de los niños y niñas.

El otro punto de inflexión lo encontraremos en lo que pudiera ser la Enciclopedia moderna. Si bien es cierto que existían compilaciones de los diferentes saberes ya desde antes de los clásicos griegos, hasta la llegada de la Ilustración no podemos hablar de un cuerpo enciclopédico capaz de aglutinar prácticamente todos los conocimientos científicos conocidos. L’Encyclopédie fue la compilación de dichos saberes, coordinada por Denis Diderot y completada por los principales autores de la época, finalizando el siglo XVIII.


Pero tampoco podemos afirmar que ni esa enciclopedia ni otras muchas posteriores pasaran a formar parte de los materiales curriculares de inmediato, tendrían que esperar muchos años hasta que llegasen a las escuelas pequeñas enciclopedias que conformaran el currículo de las enseñanzas de primeras letras. Lo que sí podemos decir es que ese estilo de compilaciones con contenidos de diferentes áreas científicas, será el precursor de los modernos libros de texto.

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